— Un vino que recupera una tierra olvidada 

Tenemos la suerte de estar en Fermoselle, un rincón privilegiado en el corazón de los Arribes del Duero. Rodeados por el Parque Natural y a orillas del Río Duero, nuestras viñas crecen en un entorno puro, lejos de la contaminación, donde la naturaleza marca el ritmo.

Desliza hacia abajo para saber más sobre nuestro entorno —

— Las viñas centenarias, algunas con más de 100 años, hunden sus raíces en suelos graníticos que aportan una mineralidad única a nuestras uvas. Este terroir, junto al clima de la región, da carácter y profundidad a cada una de nuestras variedades autóctonas, como la Bruñal y la Puesta en Cruz.

Nuestra bodega…

…construida en el siglo XVIII con piedra granítica, no es solo un lugar de trabajo: es un testigo del pasado. Entrar en ella es como adentrarse en una cueva donde tradición y modernidad se encuentran para dar vida a vinos auténticos, cargados de historia.

Nuestro compromiso es preservar el patrimonio agrícola y cultural de esta tierra. Trabajamos mano a mano con agricultores locales y nuestra querida enóloga para proteger y rescatar variedades únicas, devolviéndoles su lugar en este paisaje que nunca dejó de inspirarnos.

Desde que hacemos vino en este lugar, sabemos que Arribes del Duero no solo se disfruta por los ojos, también por el paladar. 

Mano sirviendo vino tinto de un barril en una copa marcada "Quinta de Mil".